Tuesday, January 24, 2006

poesía verdadera

Jonás El poeta del mar.

Oí de Jonás hace muchos años, cuando sus poemas eran citados en las entradas de un café muy pro, que apareció y desapareció con la misma fugacidad de un rayo en medio de la noche, nos referimos al café Ulm, que estaba ubicado en plena Alameda de las delicias, en la época del oscuro reinado aquel.
Me llamaron la atención sus versos, tanto que aún recuerdo unos que guarde por largo tiempo, que decían algo así:


“Entrare en ti,
como una barco entra lentamente en la bahía... “
Y otro:
“Somos un cielo arrugado en la memoria...”

Tanto me llamo la atención que lo busque, y supe de él, supe que vivía en el litoral, a orillas del Gran Océano, y que había cambiado el ruido de los motores por el ruido del mar; que había anclado su barco en el Tabo y que ahí se dedicaba a lanzar botellas con poemas al mar. Y claro, me había llegado una, y quise conocer el origen de esos poemas misteriosos. Esas palabras en letanía tenían algo que yo buscaba, versos metafísicos embriagados del amor de los marineros, que un día duermen en el lecho del mar. Quise saber de ese poeta que vivía aferrado a la línea del horizonte y cuya espuma salía de su boca y volaba como las gaviotas, llevando palabras al otro lado del mar. Simples palabras, bellas palabras, como perlas preciosas, bendiciones del agua, pájaros encendidos de gravidez. Y fui a verlo, y salimos a caminar; él me contó que su lucha era con la eternidad; yo sentí que estaba hablando con algo, no con alguien, y que de alguna manera su lucha sería alguna vez también la lucha mía, porque yo la quería, deseaba tener que ver con la eternidad, deseaba contemplarla aunque fuera una sola vez...

Él me presento a su musa y su "Galería de Arte y Poesía", sus más preciados tesoros, la sonrisa de su corazón.
Y quedamos de juntarnos otra vez,... que aún no ha llegado.
Y ahora tengo su libro; “Diccionario Cabal” en donde hay una cita; una bella carta que reza:

Leí los versos del libro con niño, Jonás,
y hallé en ellos la simpleza que me gusta,
aire, arena, agua y ternura.
Gracias por su regalo transparente, poesía
verdadera, sin la simulaciones de nuestro tiempo,
y con la raíces bien puestas en la tierra
y en su corazón
suyo
Pablo Neruda


Y tengo también su otro libro: “Entre el Silencio y la Lluvia”, en donde encuentro otra carta, que transcribo:

Recordado y Estimado Eduardo Núñez
Cumpliendo con alegría mi palabra
en el acuerdo, hace unos días
te envío, con un abrazo
mi nuevo libro
que recién asoma,

vuestro


Jonás