Saturday, October 15, 2011

LUZ y arte como Experiencia

El día jueves 13 recibí una invitación para asistir a la inauguración de la exposición “Pintura Electrónica Interactiva”. Electrónica Experimental y Computación Física de Yto Aranda, en la galerista calle Alonso de Córdova. Antes de llegar me tope casualmente con una exposición colectiva en la misma calle, que se estaba inaugurando y al ver dentro a nuestro querido Gonzalo Díaz, entré. Efectivamente se trataba de una exposición de varios artistas que exponían muy al modo de la usanza: “este cuadrito mide tanto, es tal técnica, sin título y vale tanto”. Y luego el siguiente. Creo que a Gonzalo Díaz le cuesta estar en esa comparsa, que es el concepto más burguesito del hacer artístico, es decir, como él mismo alguna vez me acusó: estar haciendo “arte para vender”. Sabe bien que los caminos del arte hoy son intrincados, abismales, fragorosos, casi a tientas, y esto del arte “decorativo” ya no va; quedó atrás ese sueño del artista acomodado en el sistema, que hace y vende sus obras para el gusto de la burguesía; lo que hoy en Chile aún es práctica de la gran mayoría de los nuestros.
Pero estaba exponiendo su mujer, la Nury González y claro, debe apoyarla; lo comprendo perfectamente. No pude saludarlo, siempre rodeado de flashes y gente famosa (el actor Luis Gnieco le estaba vendiendo la pescada).

Luego me trasladé a la Galería Artium; llegué lleno de expectación pues Ito Aranda siempre me ha sorprendido, siendo ella un alma intensamente artista y de una sensibilidad penetrante y temeraria, tal que me acomete una combinación entre gozo y temor (invariablemente sadomasoquista) asistir a sus presentaciones y enfrentarme con sus propuestas. Y esta vez no fue la excepción.
Aquí el protagonista era la LUZ eléctrica, ni pura ni dura, sino en sus múltiples confluencias y trasposiciones; aparatos eléctricos iluminados en diferentes interpelaciones conforman objetos de arte (provocadores) que hablan del límite entre la materialidad del soporte y la inmaterialidad de la “experiencia” (provocación). Tal como es el intento de la producción artística hoy: trasponer los límites de la experiencia material del arte, llámese sensorialidad, goce de los sentidos, pura percepción; y alcanzar un sustrato más profundo e íntimo del observante, espacio que podemos bien llamar el “Alma”. Eso quiere esa LUZ, alcanzar un continente que no son los sentidos, sino la experiencia anímica del Arte.
Como todo el arte contemporáneo debe ser o esta irremisiblemente condenado a ser: una búsqueda; no una llegada, no el encuentro sino la exploración, la indagación; esa es el ansia, el desvelo, la angustia que trasuntan nuestras obras de arte en estos días, ser “el bastón del ciego” que busca el camino. E Yto lo siente y lo trasunta en su trabajo. Aun cuando me da la impresión de que no concientemente, de que no es un contenido de su conciencia esta encrucijada; que el arte en estos días quiere ser, busca ser y en ese querer se hace.
Y me parece que solo está copresente, sin que se haya presentado aún en su mundo pensante, por lo mismo que observé y consigné de su exposición en la Sala Vala de Ñuñoa; que los títulos desdicen la contraparte de la obra.
Me explico; a saber, una obra de arte tiene dos componentes, (como todas las cosas en el mundo), percepción y concepto; es decir lo que captan los sentidos y lo que dice el concepto de la cosa (lo que Ortega y Gasett llamó tan acertadamente “la intuición adecuada”), entonces, entre estas dos variables se produce (una función) lo que podemos llamar “la experiencia” del observador (y que debiera coincidir con la del creador). Y esa es la obra de arte en verdad, no el sustrato material ni tampoco el concepto sino una función de ambas, una combinación justa entre las dos; sea la obra entonces la “experiencia” de la obra. Eso es lo que permite que la obra “se haga en el espectador” y “haga al espectador” al mismo tiempo; que no sea externalidad sino intimidad; que la obra no se haga afuera sino dentro del sujeto. Y por eso es que apelo a los “títulos” de las obras de Aranda, porque ellos son la segunda variable; el concepto o la “intuición adecuada”, que sumada a la captación de los sentidos dan la “experiencia” del Arte; lo que es la obra en si, cabal e íntima. Y en el trabajo de Aranda, varios títulos eran variantes de DEMENSIAL; que es justamente negar la segunda variable, decir que esa deriva no tiene coherencia, que el concepto es demencial, sin norte, que es una variable inconducente, que no busquemos allí reseñas de la experiencia sino que, el espectador se atenga a la materialidad de la obra, que allí está todo. Pero en el fondo ella sabe que no es tal, que es esa una negación, y que reduce la “experiencia” del Arte a la mera sensación y rebaja el alcance y la profundidad de esta.
Alguien interpelará; “pero es un trabajo experimental”; pienso que en esa carrera corremos con desventaja, pues todos esos experimentos ya se hicieron en el siglo XX. Los artistas alemanes fueron especialmente sagaces en esas peripecias, y en este afán el predicamento normalmente parece ser experimentar por experimentar.
Por otra parte creo que Yto aún esta entrampada en el concepto perverso del Arte, ese modo pernicioso de hacer y exponer para la venta. Pienso que ella ya está para hacerse patrocinar por una institución grande, como la U. de Chile por ejemplo. Y ofrecer su exposición completa, ponerle un valor a la muestra entera (en dólares), con la pretensión legítima de ofrecerla a un Museo, una Universidad extranjera o mega Empresa, y no debe tener reserva a esto.
Gonzalo Díaz me dijo una vez: “como tu usas la tela yo uso la sala, si no fueras tan prejuicioso no tu hubieras aburrido”. Y tenía razón.
Y siento que Ito va avanzando hacia el gran Arte de nuestro tiempo, para el regocijo de los seres concientes, habitantes consumados de la civilización que viene.
Es lo que puedo decir de su trabajo y de ella.
Y para finalizar este comentario una anécdota; estábamos junto al artista Ricardo Castro y se acercó una chica bastante amorosa a pedirnos posar para la revista LUZ; nosotros caballeros y amables accedimos. Y resulta que luego, cuando me iba, me perdí en la rotonda Perez Zucovich y entre por
una calle desconocida que curiosamente también se llama LUZ. ¿Será la vida mágica ¡hay si!?

P.d. Yto envio un mail muy afectuoso que, me tomo la libertad de publicar: "Gracias Gonzalo, no estoy muy de acuerdo con algunas cosas que escribes, pero se agradece mucho, la presencia, el cariño, la reflexión y si quieres nos juntamos un día a conversar. Un abrazo grande. Yto

Tuesday, October 11, 2011

el arte y los artistas

Es día domingo 9 de octubre de 2011, casualmente me tocó estar presente en dos liturgias de la iglesia católica: una por TV y la otra en vivo y directo. Y ambas tuvieron una coincidencia que me llamó poderosamente la atención ya que tiene que ver con una mirada que comparto y que forma parte de mi actividad en el Arte.
En ambas se rogó para el “el Arte y los artistas cooperaran en la creación de un mundo mejor, más humano, más armonioso, de mayor realización”. Dando cuenta que quienes llevan o guían la fe, han advertido que hoy en día el Arte o más bien la actividad artística, antes bien que cooperar con la construcción de un mejor mundo y traer claridad; los "artistas" oscurecen el mundo, se entregan a todo tipo de tergiversaciones, en lugar de convertirse en mejores personas y prodigar al mundo el resultado de esto, se transforman en seres más desdichados, contradictorios, o abiertamente disolutos, que degradan la actividad artística. Y que en lugar de luchar contra sus propios defectos y carencias humanas encuentran buenas razones para justificarse, exaltarse, autocompadecerse, y hacer del feismo, la desarmonía, la distorsión, expresión legítima del Arte. Y esto lo digo con conocimiento de causa pues estudié el Arte en profundidad.
Hoy en día el arte es una cosa que no aporta al mundo, sus temas son “el estado lastimoso del mundo y de la sociedad” y en ello, los artistas se autocompadecen y denuncian que no se los trate como seres especiales a los que la sociedad debería rendir pleitesía. Es decir quejarse, quejarse y quejarse”. Es una pena que las cosas hayan llegado a este lugar, pues el Arte ya no es una disciplina para espíritus fuertes, de alta tesitura; sino lo contrario, un modo de justificar la decadencia, las aberraciones (el feismo), la degeneración y la antiestética. Estoy cierto que mis palabras sacarán roncha, pero para mi suerte este Blog lo lee poca gente, pues ni siquiera es mi ánimo confrontar mi posición, pues creo que no vale la pena, pues los “artistas” seguirán justificando su mediocridad, su flojera y su porfía con un discurso relativo. Solo lo expongo para mis amigos y personas que están interesados en pasar a una Nueva Civilización que se aproxima. Si es que de algo les sirve, porque también es cierto que cada cual hace su camino. O lo que es lo mismo: cada cual se cocina en su propio jugo. Bueno esa es la razón por la que me alejé de los artistas y del ambiente del Arte; y solo mantengo contacto con muy, muy pocos. Y este contacto además es escaso.

P.d. en la imagen, un dibujo que hice en directo a mi amiga Carolina en el bar el Toro hace un tiempo atrás y que capto su delicadeza y sensualidad.