Tuesday, April 11, 2006

Vulgaridad y Revolución

Ayer estuve en la casa de mi amigo Donnicolasito, que es el tipo más anarco que he conocido nunca jamás; ya esta emocionado jurando amor eterno a sus amigos y a los minutos esta lanzando diatribas y anatemas contra los burgueses explotadores de siempre, como al rato esta leyendo poesía arrebatado de emoción, o cantando mexicanos a voz en cuello... Es al único ser en esta tierra que le he escuchado decir “ pienso que los hijos debieran tener el derecho a asesinar a los padres, si yo pudiera, los mataría a los conchesu..., porque me cagaron los viejos cu....”, me parece increíble y encantadora su rebeldía, que no da ni pide cuartel.
Estaba también en esta magnífica reunión Elkmer (de apellido impronunciable), un viejo troskista que participó en la aventura socialista del compañero Salvador, y de hecho lo trató personalmente; que tuvo a su cargo las remodelaciones en la casa del supersuicida Presidente, en la calle Guardia Vieja. Nos estuvo contando algunas copuchas muy entretenidas acerca del ultimado compañero. Aproveche de preguntarle su opinión sobre la Revolución y el futuro, y cual creía él, había sido la causa del fracaso del así llamado “socialismo real”; me sorprendió al decirme que la razón de la Caída del Muro era que no podía ser un solo país socialista, que necesariamente debía ser un proceso simultáneo en todos los países....¡¿?!, no se porqué ni como puede ser esto posible. Pero no obstante me encanto que siguiera siendo un utópico a sus bien tenidos y lúcidos 90 años, ...recién cumplidos.
Sin embargo, quiero comentar la respuesta que dio uno de los participantes a estos dos entrañables personajes de la Revolución y las Estrellas; dijo: “amigos, lo que pasa es que en el fondo, somos todos vulgares, unos lo son con más plata y otros con menos, pero igualmente vulgares; solo cuando podamos salir de la vulgaridad es posible al Revolución, antes de eso, siempre fracasará”... me sorprendió sobremanera esta opinión, que quiero comentar.

Me parece muy interesante definir las distintas acepciones de la palabra vulgaridad, por ejemplo se dice que una personas es vulgar al hablar, cuando se expresa de manera vulgar, cuando su lenguaje es grosero y deslenguado. También se dice de la persona desaseada, desordenada y desarrapada, que tiene “aspecto vulgar”. De una persona que se comporta de manera vulgar, que no tiene moderación, que es destemplada en sus maneras, que no tiene sobriedad ni tino.
También de la persona cuyo comportamiento ético habitual es reprochable, persona de dudosa calidad moral; se dice “es un vulgar”. Hay otras acepciones de vulgaridad que no tienen que ver con las virtudes y que resultan un tanto banales, y la banalidad sin duda es una de las formas que toma la vulgaridad.
Pero la definición del Diccionario nos dice: “cualidad de vulgar”, “que carece de novedad e importancia”. Y por vulgo: “el común de la gente popular”, “conjunto de las personas que en cada materia no conoce más que la parte superficial”. Vulgar: “común u ordinario, corriente”.
Bástenos estas definiciones del diccionario Océano para concluir provisoriamente que lo vulgar no necesariamente es algo malo o negativo, que se refiere a lo “común y corriente”.
Sin embargo hay un hecho en sumo interesante en esto, y es que, a ninguna persona -en general- le gusta ser común y corriente, todos queremos ser “especiales”, no nos conforma la idea de ser igual a todos, y hasta sentimos ese calificativo como despectivo. Entonces la pregunta que surge es ¿porqué queremos ser especiales? ¿que hay en nosotros que buscamos tan denodadamente ser especiales? ¿por qué queremos salirnos de lo común? Podríamos decir que el ser humano inconscientemente siente que ser vulgar no es una salida, no es una solución a la vida, y que sin duda atenerse a un destino común y corriente o conformarse con el destino que le depara a la mayoría de las personas no es una expectativa; que aquello se parece más bien a una condena.
Pero ¿porqué sentimos así? ¿como surge en nosotros esta idea?
Ciertamente la Evolución es un proceso individual, es un camino que cada cual debe caminar solo; no es un camino colectivo. Podemos decir que el colectivismo es una pasividad, un estado de cosas, una constante; en tanto la evolución es una ruptura de la pasividad, es un vector que rompe el plano, es una dirección que perfora la pasividad y crea una dirección. Es una fuerza activa.
Esto es confirmado por un hecho natural; durante la loca carrera que emprenden los espermatozoides para llegar al óvulo; vemos que ha de llegar uno solo a su destino, el más fuerte, el mejor dotado, en tanto el destino de los demás es la fatalidad. Hay allí selección natural. De ese hecho queda en nosotros y para siempre el impulso a salirse de la vulgaridad, la imperiosa necesidad de sabernos especiales, de creer que somos aquel que llegara a destino y no el que perecerá. Ya que en la memoria genética llevamos el recuerdo de este holocausto microscósmico; de este hecho energético ocurrido alguna vez en el mar de los jugos ventrales. Parece entonces que ese impulso viene de las profundidades de la vida misma, deseosa de superarse.
Si asumimos friamente nuestra vulgaridad, habremos sentado el primer piso para salir de ella. Si reconocemos en nosotros la vulgaridad gravitante que condiciona nuestro comportamiento y encarcela nuestras vidas, habremos dado el primer paso para liberarnos del rebaño (pernicioso formato que promueven las instituciones) para emprender un camino que, aunque solitario y a veces peligroso, de cualquier maneras más fascinantes que el estado de vulgaridad, cuyo insobornable destino es ser consumido por los jugos digestivos de la vida...

¡Por la Revolución y las Estrellas! Siempre vuestro // gzlo