Conocí a Yto A. al entrar a la Escuela de Arte de la U. de Chile, y recuerdo que nos hicimos amigos inmediatamente de vernos; sin esperar que alguien nos presentara; ella me hizo saber su manera de concebir el Arte y la vida (dos factores intimamente ligados en los verdaderos artistas) y me cautivó su manera de mirar, tal que a través de ella p
ude sentir la Escuela, respirarla, digerirla y llenarme de ella, y de lo que representaba como bastión del Arte en Chile. Nos hicimos íntimos amigos pasando a ser inseparables por al menos un par de años; debo decir que hasta me fascinó de su manera de concebir el “hacer en el Arte” y su forma de “estar en la vida”. Y su condición natural de ir siempre un paso más adelante en todo lo que a este concernía. Yto nunca ha dejado de sorprenderme. De hecho en esos días debió sacrificar la figuración que era para ella tan querida, para adentrarse en los caminos de la abstracción e inmolar así las historias que el Arte podía contar…Luego de salir del la Escuela nos dejamos de ver un buen tiempo; supe que estaba haciendo una revista de Arte en Internet y que de alguna manera esto significaría sumergirse en los caminos de la realidad virtual que siempre he mirado con escepticismo, resquemor y sospecha.
Hasta ahora que me ha invitado a su exposición, cuyo nombre no logre saber pues no había un catálogo, pero que me ha sorprendido sobremanera; y que se trata de imágenes completamente inéditas, llenas de sutiles y hondas emociones –diría- casi místicas, no solo en las formas sino en el tratamiento de los elementos plásticos y del color, capaces de despertar experiencias de la más alta tesitura, cercanas a la meditación. Ella sin duda es un alma especial, de una sensibilidad abierta y entregada a la inmensidad… me parece que su obra descolla en la ruidosa escena del arte hoy, y de la falta de propósito y significado. Me recuerda los preceptos del primer grupo de Arte que hicimos con Balaguer y Sáez, llamado “San Pedrito” en esos días, y cuya producción se orientó hacia la abstracción-geomística. Y hasta podría identificarlas como imágenes de pintura psicodélica, si no es por que la psicodelia nunca formó parte de la historia de la pintura.
Dice Omar Gatica de su obra: “La mancha y el texto se neutralizan en pro de la fuerza que reniega de la palabra como recurso pictórico convirtiendo cada frase en una sólida marca lineal, conformando una trama y una densidad compuesta de materia-color que inician la presencia de una secreta retórica estructural…”
Debo decir no obstante, que noté falencia en los títulos de las obras y que estos más bien las perjudicaban rebajando la tensión entre el significante y el significado (o entre la percepción y el concepto), creo que les falta poesía, gama y profundidad conceptual; por ejemplo hay una hermosa imagen en azul que se llama algo así como “sea game” aludiendo al aspecto de mar de algunos juego electrónicos, o pasión abstracta (algo así) y que ciertamente trivializan con su enunciado, con títulos como “nube de TAG”; hay una que si llega a expresar la experiencia y que dice algo como "Infinitamente más sutil"; pienso que Yto A. debería hacerse asesorar por un poeta de fuste, que pudiera definir con intensa sensibilidad el rasgo de cada una se sus expresiones. Entiendo que le pase eso a alguien como ella, pues es un alma que probablemente no alcance a definir sus emociones más profunda y deba acudir al dominio del mundo sensorial para aterrizar y comprender sus experiencias.
Felicitaciones a Y.A. por su obra: creo que en el futuro “muchas de las hoy llamadas Obras de Arte, no serán consideradas tal”, de hecho creo que muy pocas, y pienso que la obra de Y.A. estará dentro de estas pocas. // x gzlo-nc
(P.D. Me parece que el concepto de VALA de incluir dentro de la sala un Resto-bar es bueno y va con los tiempos, sin embargo en este caso, el Restorán le ha quitado terreno a la Galería, pasando a ser entonces "exposiciones que adornan el Restorán" sin permitir disfrutar de las obras y obstaculizando gravemente la visión de estas")
