Thursday, March 08, 2007

Saga al Valle del Venado, verano del 2007

Es domingo, luego de un fin de semana agitadísimo tengo el tiempo justo para arreglar la mochila y salir cascando. Paso por la casa de mi hermano y lo dejo junto a su amigo Talo viendo el recital de Peter Gabriel “Secret Word”. Llamo a Oscar y le digo “voy saliendo”, me dice que cuando este cerca lo llame para ir a buscarme. Aprovecho la gratuidad del Transantiago en rodaje. Llego a la Estación San Borja, micros a Talagante y parto; me gusta salir de Santiago me reencuentro con mis raíces, con la gente del pueblo, con mi raza. ...Parece que esto se demora mucho, creo que tomé la micro por el otro lado, llamo: ¿dónde estás?, en el Lider de Talagante, bájate ahí, que te voy a buscar. Llega Oscar con sus dos pequeñas, huasitas encantadoras. Nos adentramos hacia su parcela tomando un atajo, Oscar me muestra las proezas de su Land Rover, el Jeep de Daktari. Llegamos atardeciendo, nos espera Yorka, su señora y Nicolás, su hijo de 13 e integrante de la expedición. Me hacen sentir muy cómodo, y me atienden espléndidamente, Oscar me muestra los avances de su casa, que él mismo hizo y que resultó similar en la arquitectura a la ruka mapuche, que disfruto maravillado; hasta la piscina la hizo el mismo. Ya por la noche amenizamos un vinito orgánico. La noche es fresca, silenciosa y estrellada. Al otro día salimos un poco retrasados, a eso de las 9.30 hrs. Hugo nos llama; si ya vamos..!!!; y llegamos a Pirque por el camino de Alto Jahuel. Estoy preocupado, he llamado a la Turca y no contesta, ella llegará al aeropuerto y nos encontraremos en la Plaza de Puente Alto, pero parece que no va a venir, mejor, una preocupación menos... Subimos todo, algo apretado y salimos. El viaje se ve auspicioso, nos ponemos al día, ya que no tenemos muchas oportunidades de encontrarnos, ahora vamos con los chicos, tenemos que comportarnos a la altura, nos toca enseñarlos como se anda allí, como se vive en la montaña, como se está en esa inmensidad. Es larga la carretera cuando uno mira atrás..., ¿cuál será el gentilicio de los habitante de “Peor es Nada”?, ¿peoresnadinos?. ¿Y el de los de “La Calor”?... Nos detenemos en la plaza de San Clemente a servirnos algo; el aire ya huele diferente; y arribamos a eso de las 14 a Alto Vilches, debemos dejar todo listo para el regreso, vamos a hablar con nuestro arriero, por suerte lo encontramos en casa, Pancho Pacheco, hasta ahora, efectividad total. Dejamos las cosas en su casa, resguardamos la camioneta, llevamos lo mínimo para la noche, y nos encaminamos al estero Sillaur, en donde alojaremos la primera noche. La primera subida nos pone a tono, sudo copiosamente; pasamos por la caseta de guardia a cancelar la entrada y a registrarnos; “le mandó saludos don Clemente, si somos vecinos en Santiago, esta dando charlas en el Socorro Andino”, ya pues que les vaya muy bien. Llegamos al Estero a eso de las 18; ha!! que bueno es disfrutar de este lugar, con el camino nuevo ya nadie viene por aquí... esta tranquilo, elegimos lugar, dejamos las cosas y vamos a mojarnos, y del primer desvarío surgen las propiedades del Agua:
es acumulable, pero no se puede amontonar
es transportable (se puede transportar),

se amolda, es sonora (al caer suena),
es mezclable,
no se rompe, pero es separable,
es dúctil, busca la horizontal
se puede calentar, es bebible, es enfriable,
es tocable (se puede tocar),
es resbaladiza, respirable (x los peces),
es contundente (las olas),
es esparcible, no se moja etc etc,
los chicos escuchan nuestros dislates, mientras reímos...
Luego vamos a la cena, sacamos la comida, siempre parece que llevamos más de lo necesario. La noche es buena, los chicos se ven entusiasmados, ojalá que les guste la experiencia, mi sobrina no pudo acompañarnos, que pena. Tomamos Wisky en bota española y suena la guitarra, los temas de Chile, el profesor se las sabe todas, cantamos en plácido y calmo solaz. Dormimos bajo un intenso cielo estrellado. Al otro día despertamos con la luz, todo se hace más lento aquí y se disfruta más; desayunamos y salimos, volvemos al desvío a encontrarnos con el arriero y le dejamos los pertrechos. Solo llevaremos mochilas de paseo; nos encontraremos en el lugar del campamento al caer la tarde, mientras tanto subiremos a la Laguna del Alto y al famoso Enladrillado. Partimos, Oscar se la sufre, su estado físico no le acompaña; siempre la primera subida es la que más cuesta luego el cuerpo se acostumbra, baja el moño, se entrega. Osmán, hijo de Hugo tiene ampollas en los pies, los zapatos no le calzan bien, digo que mejor se devuelva, pero quiere venir. Seguimos, ...a pesar del esfuerzo vamos contentos, a eso del mediodía arribamos a la meseta de altura, y nos encaminamos hacia la laguna. Llevamos wokitoqui, buena idea. Nos adelantamos y a eso de las 13 hrs. aparecemos de golpe frente a una hermosa laguna entre formaciones montañosas... que maravilla, Patrico Mann no estaba inventando, los lagos cumbrereños existen... Hugo y sus chicos pierden la huella, Nicolás prende el woki justo para interceptarlos, nos reunimos, estoy húmedo, se esta nublando y corre viento de cumbre, me tiendo en el suelo para captar calor. Tenemos poco tiempo, comemos y seguimos. Camino al Enladrillado hay una planicie hermosa, que ganas de vivir aquí, yo me vendría. Son dos kilómetros hasta allá, luego de unos roqueríos nos asomamos a los volcanes, Descabezado Grande y Quizapu, ¡que nombre exótico!; un geólogo gringo hacia un catastro y preguntó a un campesino ¿como se llama ese volcán? “quizá pu” dijo este. En una hora alcanzamos el Enladrillado, la mujer debe arribar primero, son convenciones del montañista, o tratos con la montaña... El lugar impresiona por la perfección, los buscadores de ovni tienen aquí su festín; nos hace gracia. Luego de las impresiones y las fotos hacemos una ronda y danzamos el baile del Secret Word, luego unos abrazos de hermandad en el Agua... todo cósmico.
Decidimos bajar pronto; Osmán acusa dificultades en los pies, seguimos hasta al así llamado refugio, en el camino declara que ya no puede, que nosotros bajemos y le mandemos con el arriero abrigo
y zapatillas, ¡uf!. Yo busco la botella de vinito que deje hace un par de años escondido en un árbol, pero el paisaje ha cambiado y no puedo encontrarlo... ¿quedara para la pachamama...? Llegamos al mirador y empezamos a bajar hasta el lecho del río. Que será una hora y media bajando a paso rápido (aquí se miden las distancias por el tiempo recorrido), allí nos llaman por woky, “Osman se recupero, puede seguir caminando” ¡que bien!. Me adelanto para encontrar al arriero, que nos espera en el campamento. Ya abajo; “ya pues, entonces otro arriero que viene de adentro el viernes los trae, yo no voy a poder, pero es igual” perfecto, saludos. Y llegamos, por fin, la opinión general es que fue un poco mucho, casi 10 horas caminado, subiendo y bajando, los chicos nunca habían caminado tanto en su vida, es bueno que se acostumbren... Hugo y Oscar necesitan despertar el guerrero que duerme en ellos. Organizamos el campamento y disfrutamos la estadía; la wira sacha nos ayuda a reparar las averías del catre (en estado de vencimiento) jajaja; vamos a hacer un puente con ese tronco para no tener que sacarnos los zapatos cada vez; ¡no, mucha agitación dice uno!, ...pucha lo vamos a necesitar... Igual estamos contentos, la comida preparada por la Viole sabe maravillosa... luego hacemos una fogata (aunque está expresamente prohibido) y pronto ya queremos dormir. Oscar había pasado frío la noche anterior así es que ocupan mi carpa. Al día siguiente nos levantamos sin apuro, desayunamos pan integral, jamón y queso, leche y de todo lo que se nos ocurre; y luego vamos a bañarnos con parsimonia. Llevamos hilo para pescar, no pescamos niuno pero dos que pasan nos ven. Después almorzamos como es debido y por la tarde nos vamos a la cascada, que está hermosa, encuentro total con las vida misma, sacamos fotos y nalcas (que también esta prohibido...) no vemos a casi nadie. La Viole se quedó así es que luego del devaneo correspondiente volvemos, al llegar allá comprobamos que no está, ¡¡alarma total...!! se perdió la Viole... vamos a empezar la búsqueda, olfateo el aire... y la veo venir, lejos; habíamos pasado cerca y no nos vimos, me tinca que fue una jugada de la naturaleza... Ya más tranquilos, organizamos la cena, en medio miramos, hablamos, tocamos música etc, todo lo que se puede hacer en un lugar en donde no hay nadie más que nosotros. Cantamos, bebemos te, café, que felicidad tan rara; no estamos acostumbrados a esta tranquilidad; la civilización nos hace seres apurados, siempre atrasados, comemos rápido, dormimos rápido, vamos al baño rápido, trabajamos rápido y morimos rápido; no es así la vida, ...queremos aprender a sintonizarnos, en la naturaleza todo se desencadena de forma tan extraordinariamente prolija... la naturaleza tiene una fuerza vital inmanente, persistente y sosegada... como quisiéramos aprehender esta cualidad... como pudiéramos tomarla de la mano e ir juntos... las cavilaciones llenan nuestro tiempo, hablamos de lo humano y lo divino. Oscar nos da una lección acerca de las distintas afinaciones a través de la historia, un lujo. Y nos cuenta de la Ensamble Plastic, una orquesta de cámara con instrumentos de PVC, que llegó hasta la TV; su orquesta y orgullo. Refustimol, y ya es de noche otra vez: mañana iremos más adentro, a la caseta del guardia al fondo del valle. Y la canción de la Navidad para un sordo, de Silvio...nos cae rodando en el sueño. Dormimos tan plácidamente como alguien pueda hacerlo.
Al otro día igual, que vida regalada, la merecemos después de la tremenda travesía. Estamos desayunando y de pronto viene uno de los guardias, los mirones nos habían chupeteado por estar pescando, y que está prohibido sacar nalcas; debemos dar nuestros nombres y Rut etc. mientras Oscar con apremio esconde el hilo de pescar; le digo que yo soy el mismo del otro año y ¿si me reconoce? y que don Clemente esto y aquello, y el varón se calma... uf que bueno, nos da recomendaciones. Todo bien. Le invitamos a desayunar, solo acepta el sándwich.
Luego del descansado desayuno salimos hacia la caseta de la Conaf, intentamos pasar por el estero sobre las piedras pero estas nos juegan una mala pasada e invariablemente caemos al agua jajaja; la caminata se hace divertida, reconocemos los eventos surgidos a partir de la gran erupción: el escorial, una montaña oscura y larga de piedras volcánicas; vamos alegres como enanitos al trabajo, buscando la huella pasamos los pequeños esteros que se cruzan aquí y allá. Llegamos al puente sobre la garganta profunda, se siente vértigo. Hay un letrero mal redactado firmado por la CONAF. Me interesa explorar el valle, que era el original que luego se extendió... ricas las peras, Oscar entabla amistad con un equino que se le acerca. Aparece una patrulla del SAG, nos cuentan su cabalgata de 10 días por la frontera, que ganas. Quedamos con el arriero que a las 9 de la mañana nos pasa a buscar...
Volvemos al campamento, pasamos a la junta, en donde se encuentran los 2 caudales, ¡como ha cambiado!, seguimos encantándonos de los accidentes del paisaje. Luego por la tarde ya llegamos al campamento y con estupefacción nos damos cuenta que tenemos vecinos, que cosa tan absurda si el parque tiene 12 mil hectáreas y ellos se vienen a instalar justo aquí al lado; fastidio, Oscar promete echarlos a volar, nos acercamos, son 4, los saludamos amablemente y de inmediato les preguntamos ¿es que no encontraron una parte más lejos donde ponerse...? sentando una tensión en la relación de vecindad que no esperaban. Sin embargo mantienen una saludable distancia y se comportan muy ponderados, que no nos molestan en toda la noche. Suena la música de los chocolates Vició: “déjame uno”... ¡!! Reímos, la eterna discusión entre Oscar y Nicolás nos mantiene divertidos, aquel lo acicatea en forma permanente y este se defiende y retruca, pero mantiene un debido y encantador respeto, ¡que risa!; cenamos; la pared de piedras como
escenografía es mejor que el mejor teatro. Parece que va a llover... Llegan un papá y su hijo (ya grandecito) y preguntan dónde se pueden instalar, lo que nos parece la forma adecuada de integrarse a una vecindad. Por su parte Hugo se queja de que sus hijos siempre le torpedean los relatos, ellos argumentan que de la exageración se cae en la falsedad; es simple literatura digo yo jajaja. Vamos a dormir
A las 3 de la mañana me despiertan unas gotas en el rostro, hummm hay que mudarse, pido asilo en la carpa y nos acomodamos.
A las 7 de la mañana alguien me despierta bruscamente, está lloviendo, se mojó la carpa, maldición no la armamos como corresponde y entró el agua, esperemos a que amaine, si así no podemos hacer nada. Como a las 8 ¡esta nevando! Reflauta!!, ahora si, ya, hay que evacuar, el arriero debe llegara las 9 de la mañana y entonces la idea es que él ira adelante haciendo huella y nosotros vamos detrás; alarma, preparar todo, la lluvia-nieve nos moja, no tenemos tiempo para el desayuno, hay que salir, cunde el apuro, Hugo vocea precipitadamente ¡ya vámonos...!! yo termino rápidamente de empacar y salgo detrás, me parece que sería mejor evaluar con calma antes, apurado alcanzo al grupo que ya ha pasado al otro lado del estero (y ha debido sacarse los zapatos, ...¡si hubiéramos hecho el puente!), el grupo observa que la huella no se ve y la visión se acorta muy cerca... y nos asalta la ¡panicosis!; Hugo comienza a tomar decisiones precipitadas, ajenas a su habitual parsimonia, y Oscar se pone ultra negativo; deciden salir de inmediato a la caseta de CONAF, opino que esperemos al arriero, que debe venir y ahí, con su opinión decidamos; parece buena idea, volvemos al campamento y nos organizamos, hay que hacer un toldo, y una gran fogata... y esperar los acontecimientos. Oscar con su habilidad propia, se encarga de hacer un precario toldo que ayuda bastante, la Viole hace una gran sopa para todos, por suerte tenemos gas y cocina de sobra. Hugo intenta la fogata, los amigos vecinos se nos habían unido a primera hora, en esta situaciones de emergencia no hay resquemores y la solidaridad forma parte del instinto de sobrevivencia, ellos nos ofrecen lo que tienen, su carpa, sus recursos, su abrigo y nos parece un buen momento para la reconciliación, les pedimos disculpas por nuestro comportamiento antisocial del día anterior, reconocemos que fue un exabrupto y nos presentamos; ellos son José y Yerico, uno es obrero y el otro estudia informática, buenos chicos, se habían encontrado por casualidad con los otros dos que vienen bien equipados y que seguirán después de la nieve hacia el volcán, así es que estos se salvan solos, y aquellos se salvan con nosotros. Han entrado a las 5 de la mañana al Parque para no pagar la entrada, astuta idea. Oscar los abraza emocionado; que lección nos da la pachamama, si tenemos mucho que aprender aún...
Por último, si la cosa pasa a castaño oscuro nos metemos todos a la carpa y esperamos a que pase. Son las 9 y no llega el arriero que ya debería estar, son las 9.30, las 10 y no llega; nos preguntamos: ¿cuál es el algoritmo de la situación?; es decir, ¿cómo salimos de esta?; el agua nos ha mojado, la fogata no resulta, la ropa esta húmeda, se siente la fragilidad de la vida frente a las insobornables fuerzas de la naturaleza, se juntan todos en la carpa, menos el líder, se produce un conciliábulo y deciden “la estrategia de la estampida”.
Porfiadamente... digo que me quedo, que evaluare mejor la situación, quizás intente salir por donde vinimos, o esperar a que venga alguien, no lo se aún. Mi idea era mandar un par de emisarios a la caseta de CONAF y averiguar que pasó con el arriero, para saber a que atenernos, yo al menos quisiera volver a Santiago para dar mi clase mañana. En fin, aprovecho de cuidar las pertenencias...
Y me quedo viéndolos como se van (me parece las historias de Puerto de Hambre, cuando dejaron a los españoles para colonizar el sur y murieron de hambre y frío, ...creo que estoy alucinando) Papá e hijo están a la espera de nuestra acción para unírsenos, les llevo sopa. Los expertos se mantienen tranquilos, sus equipos son buenos, si esa fue nuestra falla, no tenemos parcas, no trajimos espumas suficientes (para la humedad del suelo), ni carpa adecuada..., demasiado imprudente nuestra escalada, si pensábamos que ya éramos versados y la pachamama nos dice que no se debe ser temerario con lo que no se conoce...
Los amigos expertos que se quedaron me ofrecen cigarros, aunque no fumo me sabe muy bien en estos momentos... me asalta un pensamiento egoísta “ahora me salvo en la personal, si el grupo ya tomó rumbo propio...” Pero luego viene otro a liberarme.. “andamos juntos, si les pasa algo no podré dormir el resto de mi vida..., “ por el buen sueño entonces...” Los expertos se esconden en su super-carpa y yo evalúo ¿qué pasara si tengo que quedarme toda la noche?, veo que hay algunos sacos un poco secos y un par de espumas también, arrinconaré todo en la carpa y me instalo en el lado más seco... No obstante me sobreviene un conato de angustia al no saber cuanto durará la tempestad, quizás todo el día y la noche, quizás dos días, tres, o una semana, la cordillera es impredecible, lo único en que podemos confiar es haber tejido una buena relación con ella; supongo que el llevarnos cada vez la basura más una, es un crédito. ...Se me ocurre acudir a las artes de brujería y voy hacia el descampado, hablo a la pachamama, que se despeje, que se abra el cielo y salga el sol...
Noto que estoy temblando, vuelvo a calentar la sopa, le dejo caer un huevo y me lo sirvo con fruición, ahí me vuelve el alma al cuerpo... después de un rato entro en la carpa y me saco la parca, que ya se esta pasando el agua, me la pongo en los pies y me acurruco, me encuentro con un mazo de naipes y se me ocurre acudir a las artes adivinatorias, pregunto ¿que pasará?, barajo y saco tres cartas; la primera es una 2 de trébol, la siguiente es una As de corazón y la tercera es una Quina de corazón, ¡la reina!, esta clarito, después de los nubarrones viene un As y luego la Quina, la pachamamita, que bueno, va a pasar... y me entrego al sueño..., Me despiertan los expertos que han venido, me doy cuenta que tiemblo, chitacai debo salir y calentarme, me preparo más sopa caliente, miro hacia el fondo del valle, no viene nadie... miro la belleza del paisaje nevado, si de las veces que he venido es la primera que veo nevado el valle, hermoso, impresionante...
De pronto, a eso de las 5 comienza a salir unos tímidos rayos de sol aunque sigue lloviendo, salgo, ya me he acostumbrado a sentir la humedad en el cuerpo, siento frío, salgo al descubierto, me quedo viendo los primeros pajaritos que salen después de la nieve, son alegre y ágiles, y parecen sonar una bella melodía, me recuerdan al choique, el pájaro que se alimenta con nieve; voy al baño...y de pronto noto que estoy viendo todo en un tono rosado, reflauta, ¿porqué estoy viendo así?, quizás es el efecto del sol en la nieve, pero si no ha salido el sol... no se que hacer. Y de golpe veo un par de jinetes qué se acercan desde el otro lado del estero y me hacen señas, me doy cuenta que es el arriero con Oscar, que bueno... Los veo venir, debo pedirle cuentas a este, como es posible que nos haya dejado así, sin saber a que atenernos; cuando se acercan los saludo y le exijo una explicación, Oscar intenta justificarlo, pero le pido que no intervenga en mi trato con él. Dice que los caballos no andan en la nieve y que por eso no pudo venir, y que cuando el grupo llegó él estaba a punto de venir; no se la compro pero le digo ya; esta bien, parece medio tardo de entendimiento el muchacho, qué le vamos a hacer. Después me entero que debieron contratarlo para que viniera, sino, seguro que el pastelito no viene. Ahora lo que importa es moverse. Buscan los sacos de dormir y la comida y me dice que me adelante pues ellos vienen en caballo, tomo mis cosas y parto.
Empieza a despejarse, camino y gozo como nunca la belleza del paisaje, siento que ...la pintura vale la pena, es una lección para mi... Hacia mucho que no caminaba por un paisaje tan hermoso, el sol entra en medio de las sombras iluminadas por el reflejo de la luz en la nieve... los tonos de verde, cafés, rojizos, el blanco casi azulino que refleja el color del cielo, y el aroma de los árboles me extasía... miro todo, huelo cada hoja, y camino encandilado... Hasta se me calentó el cuerpo con la caminata.
Casi sin darme cuenta ya llego al refugio, me encuentro con gran actividad y alegría, fue buena idea que se vinieran, aunque las componendas
no son forma de decidir las cosas y conducir un grupo, aún más en la cordillera; pero que va, ya estamos. En el refugio nos han prestado ropa, carpas, ahora vamos a cocinar para todos, con los últimos rayos del sol secamos nuestras pilchas, especialmente los sacos de dormir... comemos, estamos contentos. Yo estoy feliz. Hay una familia, el papa y los tres hijos, el menor de unos 10 años que debieron devolverse, cruzaron el río con el agua hasta la cintura, abandonaron provisiones, que riesgo... esos si que tienen madera. Otros han hecho un mono con la nieve y ahora juegan a tirarse, la solidaridad se siente...
Alejandro, el guardia nos ofrece sacar mesas, sillas y toldo que tenemos guardado desde hace un par de años en su entretecho, no digo, gracias, no es necesario, muy amable. Me sirvo harina tostada con miel, que bien me cae. Más peras. Puede hacer frío en la noche, ya luego apenas oscurece nos vamos a guardar. El arriero nos juega una broma “de nuevo esta nevando...” ¡que travieso...!
Al otro día la jornada será larga, debemos levantamos temprano, desayunar y empacar para partir cuanto antes. Los huevos con queso saben maravilloso, quedan solo un pan y medio para cada uno, cada cual se los administra como quiera, matamos el café. La familia se va, los otros también. Osmán ira en caballo. Pasaremos al campamento y dejaremos los bulto listos y juntos para que el arriero los pase a buscar. Nos despedimos muy agradecido por las hospitalidad y salimos. Al poco andar sentimos un helicóptero, seguramente anda arreglando la antena porque el Guardia nos dijo que no hay comunicación... pasa de un lado a otro. Pasamos a mirar el salto de agua, que se ve portentoso, que pena que no tenemos más tiempo. Se hace más corto el trayecto que antes. Vamos contentos, la lección que podríamos sacar es cáustica “el camino al cielo pasa por el infierno”. Mientras la discusión bizantina entre el SER y el DEBER SER entre Oscar y Nico, su retoño, continúa, Osmán parece soldado de la guerra del pacífico de clip musical; y la Violeta flota, ha flotado todo el viaje... Debemos sacarnos de nuevo los zapatos y llegamos. Los expertos nos cuentan que el helicóptero aterrizo en la playa y que nos buscaron y como no encontraron a nadie, se fueron... vaya, entonces si nos buscan. Rápidamente dejamos todo listo para el arriero. La Viole ve un zorrito que merodea. Papá e hijo partieron en la mañana. Nos despedimos y salimos hacia arriba, creo que podemos hacerlo en unas dos horas y media hasta el Mirador. Nuevamente se prueba nuestro aliento; apuramos el tranco, los nuevos amigos no parecen en buen estado físico, seguro las chelitas y el chancho en piedra les están pasando la cuenta. Obstinados, persistentes y sin tregua nos tratan de usted jaja.
Pero ya luego nos elevamos, y vemos que hacia arriba la capa de nieve se hace más gruesa... seguimos y alcanzamos a otros grupos que iban adelante, por fin, ya llegamos, y de pronto, notamos llegando que hay más gente..., baja uno vestido de Rambo y cara de circunstancia e interpela en forma perentoria: “José tanto”, si, él es, uno de los amigos nuevos, ¡la familia lo está buscando!. Y vamos viendo agentes del Gope y Rescate Andino, ruido y agitación, ¡tenemos el helicóptero, los vamos a evacuar!, los hemos estado tratando de ubicar desde las 7 de la mañana...Nos sorprende ya que ahora ya no parece necesario; Osmán debe dejar el caballo (cuya montura se ha soltado) y nos iremos todos, es divertidos, seguro que hay aquí arriba más nieve pero nunca tanto, igual es cuático, si, vamos nomás; nos chequean según la lista que tienen, y nosotros, los que pagamos la entrada religiosamente no estamos en su lista... ¡¡que iniquidad!; sacamos fotos, el helicóptero mete ruido y viento, es enorme y caben como 12 personas por viaje; hará los viajes necesarios.
Nos subimos, ajústense el cinturón y pónganse los audífonos, se eleva, todos contentos, fotos, el paisaje impresiona, nos desplazamos por arriba y miramos todo con ojos de huevo frito; el viaje dura unos 10 minutos pero de tan intenso parece una hora. Es mi segunda vez. El helicóptero se inclina y sumada la inclinación de las montañas me hace perder el norte y siento mareo... Pronto ya llegamos y el helicóptero comienza a bajar, y aterriza... se abren las puertas y vemos a los medios de comunicación, TVN, canal 13, ha salido en todos los noticiarios, la radio ha estado informando, chuta, como tanto, si no es necesario, están los familiares de algunos al borde del colapso, no lo podemos creer. Jóse esta preocupado sabe que su familia lo ha venido a buscar y que tendrá problemas con su papá, ¿qué no te acuerdas lo que paso en Antuco? jajaja
¡Ya, pasen a una reunión y luego los va a revisar el SAMU, tenemos una micro para los que vayan a Talca!. Entramos a una salita, esta el Intendente, autoridades de carabineros y de CONAF. El Intendente nos da una perorata denotando el gran operativo desplegado, y que debemos sentirnos agradecidos; entonces Oscar salta ¡pero como es posible que no tengan una radio decente, si nos hubiéramos comunicado sabrían a que atenerse, los guardias no tienen equipos adecuado, y además ¿porqué no estábamos en la lista de carabineros?, es una vergüenza que pasen estas cosas...!! le echamos a perder el discurso... salimos de la sala y se nos acerca la autoridad del CONAF a reconvenirnos: ¡como dicen eso si están los medios, no ven el esfuerzo que hemos hecho!! Bueno si no decimos las cosas ahora cuando, de todos modos gracias. Y ya luego nos vamos... Seguro están tapando el problema del Transantiago y necesitan noticias. Bajamos a pie el ultimo tramo, pasamos a dar cuenta a la caseta de entrada y el encargado reconoce que la omisión en la lista fue su error, y nos pide disculpas, está bien, hasta luego, vamos a almorzar donde la Mami, la pensión en donde estamos, dicen los amigos nuevos, ya, mientras esperamos que llegue el arriero, yo tengo que llamar a Santiago, si, allí hay teléfono. Hay que llamar a las señoras para que no se preocupen, vamos. Ya de vuelta ¡las señoras viene en una Van a buscarnos!, pucha, que onda... seguro estaban ultra preocupadas, como para pegarse el pique... Vienen y van los comentarios, la gente nos ve pasar y todos saben que nosotros somos los rescatados, jaja somos famosos, si salieron en la TV en todos los noticiarios. Ya vámonos luego, la Mami nos hace pasar a su mesa y nos ofrece un plato de porotos exquisitos, con ensalada y pan, y no nos cobra niuno; alma del señor. Esperamos que llegue el arriero con las cosas y cancelamos. Nos despedimos de los amigos nuevos prometiéndoles estar en contacto vía mail y mandarnos las fotos y las noticias. Hay emoción.
Muy luego llegan la Van con las señoras, y viene manejando UNA MONJA jajaja, es hermana de Oscar y religiosa, que se consiguió el vehículo de la congregación y vino ella misma. En Lonquen está la tribulación, están todos rogando por nosotros, me moví con el Alcalde y este llamó al gobernador y parece que ese movió los palillos, si hasta nos han llevado cosas para comer, dice Yorka; seguro que la monjita dejó su ejercito rezando. Oscar esta furioso. Le ha advertido a Nicolás que le baje el perfil al asunto, sino perderá todo jajaja ¡que risa!. Me encuentro con don Pancho Pacheco y le reclamo: ¡nunca me dijo que si nieva no va a venir!, disculpe, usted tiene razón, debí decirlo...
Ya listo, nos vamos a Santiago. Pucha, al pastel se le olvidó pedirme la llave del portón de la garganta. La monja maneja como las velas; en la carretera pasamos a un servi-centro a servirnos algo, la Edith auspicia; nos vemos raros, desentonamos con el ambiente ligth que nos circunda, olemos a chivo, me gusta. Por ahí anda Alvaro Enriquez, voy a acercarme pero se sube a un vehículo y parte, DIAN-tres. Edith, me pregunta por mi polola, que en verdad es mi “como polola” y hasta ella fue incluida en la lista de los perdidos jajaja.
Llegamos a Pirque tarde y raudamente, el viaje se ha hecho corto. La despedida es breve, concisa, parca, parece acusar un ciego malestar..., igual agradezco a la Viole por compartir (la levedad de su ser). Hugo me deja en la plaza de Puente Alto y llego como a las 2 y media a casa, que al otro día debo levantarme temprano para hacer la clase... ¡que días agitados estos!. La noticia salió hasta en la CNN ja.