Thursday, December 25, 2008

dia internacional

A propósito del 8 de marzo día internacional de la Mujer

Este día tiene para mi un doble sentimiento que quisiera compartir con mis amigas(os), ya que me parece no poco importante, pues será uno de los temas que piden un cambio de mirada, y este cambio ha de significar un influencia enorme en la Cultura. Pero no quiero referirme a este tema desde el “deber ser” ya que el riesgo de imponer nuestros valores y declararse dueño de la verdad es una tentación al acecho, me parece entonces mas sano hablar de lo que uno ve o de como uno cree que son las cosas, más que de como “debieran ser”.
Y este doble sentimiento surge de dos partes.
Una de ellas es que, se ha impuesto este tópico como tema de discusión del orden político; digamos el “tema de la mujer” desde la cultura imperante, y desde los modos de considerar las cosas que nos dicta la forma de democracia occidental moderna con el sesgo de soberbia que le es propio, es decir, desde la escala de valores que la modernidad dicta, valores como: “democracia a mansalva”, “no a la discriminación”, igualdad de géneros, de roles, paridad, de derechos etc, poniendo una crema de igualdad entre cosas enteramente desiguales, y entonces no quiero caer -en ese sentido- en lo “políticamente correcto”, ni estoy interesado en ser aprobado, ni aplaudido por mis coetáneos y menos en congraciarme con el segmento “pensante de la sociedad”, los autollamados intelectuales, la gente encargada del dictar “qué es y que no es el progreso”, que tilda los valores y considerándos de otras épocas como añejos, antiguos, pasados de moda o supersticiosos etc. y busca dictaminar la modernidad; de cómo deberíamos comportarnos y pensar; las normas del buen decir y el buen vestir de las sociedades “civilizadas” etc. Quiero entonces más que
nada mantener una independencia de opinión y pensar las cosas genuinamente.
Sin embargo, si bien este orden que hemos construido tiene ciertos valores que impone y que yo he cuestionado (por ejemplo el derecho que tiene cualquier ciudadano a reproducirse sin más, sea este drogadicto, delincuente, enfermo mental, enfermo de sida, degenerado, proxeneta etc. y que yo he cuestionado severamente) hasta el manido lema de “no a la discriminación” que lo encuentro bastante absurdo toda vez que uno siempre discrimina; siempre debe elegir entre una cosa y otra; siempre debe haber un criterio de selección; eso de la “no discriminación” es un descriterio, no tiene contenido, para mi es un soberano despropósito. Hay –digo- otras cosas en la modernidad que parecen interesantes y válidas, como es el que “cualquiera opine y haga como le plazca, mientras no perjudique a los otros” y que en la práctica es solo una declaración de intensiones cuando existe la dictadura de la “opinión pública”, y quien se niega a transar con la opinión de estos “pensadores de lo moderno” es sindicado como fascista, comunista, budista, homofobista o cualquier ista… que exista.
Me hago entonces de este derecho para expresar mis reflexiones.
Y entonces considerar el “día de la mujer” para reivindicar los derechos de las mujeres en contra del “perverso orden machista” ya me parece una nimiedad; no digo que todo aquello no exista, pero me parece lejos lo menos interesante que puede tener el tema de la mujer. Y tanto cuanto que esa defensa debería ser un tema de todo el año y no del día de la mujer; para ser luego soslayado.

Y en lo antes dicho he sugerido lo que quiero decir y que me parece, vale la pena, y tiene que ver con el segundo sentimiento que me asalta frente a este día internacional; y que puede expresarse así: “la notable diferencia entre los hombres y las mujeres” que creo una de las cosas más fascinantes que existe en el reino natural, y con esto contradigo las corrientes reivindicatorias (darwinistas en general) que afirman que fuera de la capacidad reproductora no hay otra diferencia entre hombre y mujer, lo que me parece lejos la mayor cortedad y porque no decirlo, ineptitud de juicio (sin animo de ofender aunque seguramente ofendiendo). Pues a mi me parece todo lo contrario y he estudiado estas diferencia, me he asombrado con ella y me declaro fascinado de la mujer; el estudio y conocimiento del alma femenina es una predilección y un privilegio. Los varones somos seres simples, algo burdos, sin reveces, bastante ingenuos, de una inteligencia lineal, de una sola cara, lejos lo más aburrido, en cambio las mujeres… tienen una inteligencia multifactorial, piensan en líneas paralelas, qué decir de su vigorosa intuición y alcance de su captación; tienen un alma compleja, inefable, llena de giros y multifocal. La hembra al ser la que prodiga sustento y nutrición a las crías es por naturaleza propia “materia”, “realidad”, “concreción”, y de allí la raíz mater, matriz, madre, pues es quien debe en último termino velar por la sobrevivencia de las crías, y es por tanto el cable a tierra de un varón que siempre en las nubes, eternamente pajareando; crónico soñador.
Afirmo que es mucho más difícil existir aquí para la mujer que para el hombre, los varones somos simples seres, que lo único que buscamos es despertar admiración en la mujer a fin de poseerla (tanto en su aspecto físico como en su alma); tener una mujer enteramente para si es como poseer un secreto muy preciado y muy guardado; el hombre vive para atraer y conquistar a la mujer, que ella le muestre su alma y le acepte dentro suyo, sembrar y concebir su semilla. En cambio la mujer se debate entre todo aquello que vive en la profundidad de su alma, azotada por incoercible fuerzas que se mueven según un propósito dictado por la naturaleza misma, y es que ella lleva en si una fracción de la naturaleza que intentará siempre que las fuerzas que la invaden (o que ella deja entrar en si), la eleven hasta las altas zonas de la mente y del reino; la mujer misma al mirarse, participa del asombro de esas fuerzas que se mueven en ella, y que buscan a través del varón entrar en el contacto con el creador (por esa noción innata de la unión de los opuestos).
La mujer lleva en si un interregno; tiene una parte inaccesible, que es en su mayor parte desconocida e indomeñada. No por nada el símbolo de la mujer es un espejo; en tanto el del varón es un escudo con lanza, ¿indica ello que la mujer es introspectiva y el hombre extrovertido? ¿Qué ella es interna y él es externo? ¿Que el varón va a la conquista y ella recibe dentro suyo?
Ella fue la que le sembró a él la inquietud, en el mito del Paraíso …y gracias a ella es que volveremos a ese añorado lugar.

Se podría bien representar a la mujer por un Escalar, o plano; en tanto el hombre es un Vector, unidireccional, unidimensional

Me parece que sería de lo más interesante crear una línea de investigación que se llamara algo como “estudio del alma femenina”, y podríamos conocer muchas cosas más acerca de la Naturaleza y del clima. A Sara Larraín le leí hace un tiempo un texto que buscaba vincular la teoría feminista con las corrientes ecologistas, y me parece enteramente válido este intento.

Mi padre dijo un día; la diferencia entre los hombres y las mujeres es que los hombre “hacemos como que cachamos todo, y no cachamos nada”, en cambio las mujeres “hacen como que no cachan nada y cachan todo”. Me pareció muy sagaz su observación.

Y para mi tiene también este día 8 de marzo un significado especial por cuanto es el cumpleaños de mi sobrinita muy querida Manuela Núñez que no tengo duda será una tremendísima mujer.