
Mientras los demás salen a buscar cada cual lo suyo me quedo con Colega y le pregunto si acaso él pide algo, hace manda, o cual es la razón de su venida; me cuenta que él reza por su gente, por su familia e hijos y que todo esté bien en el año que viene; me doy cuenta que aquí se expresa al alma nacional, en la mezcla de lo religioso y lo pagano, en una determinada manera de relacionarse con el más allá, con los seres supra-sensoriales del imaginario (americano) , en que lo divino y lo terrenal no transcurren por dominios escindidos. Que esta es una fiesta íntima del pueblo; miro la gente, las señoras con niños, los hombres, la familia chilena; se ven gente de trabajo, gente creyente que vive los

Esta no es la gente que sale en la tele. Me gusta estar aquí.
Estoy curioso por visitar el interior del templo y me acerco desprevenidamente (digo) porque no me esperaba la escena que encuentro; una alfombra desde la entrada hasta el altar, y por ella van entrando los fieles de la forma más impensada, unos arrastrándose, otros a gatas o de rodillas con velas en las manos y otras formas de autotortura que me impacta; parece esta una escena de “100 años de soledad”; se siente el fervor religioso llevado a su máxima expresión; la vía crucis está flanqueada por cuerdas y la iglesia atestada de gente que reza, llora, asiste a sus sacrificados, otros simplemente elevan la mirada en íntima contrición; sobre la vía hay también un equipo que filma muy de cerca a los autoflagelantes y arriba en lo alto está la imagen de la inmaculada que parece realmente viva, contemplar dolorosamente este sacrificio-soul de sus devotos; inesperadamente me desborda la emoción. En la zona del altar unas monjitas morenas y delgadas atienden con diligencia y conmiseración las demandas de las almas suplicantes… y me llama la atención ver algunos que se han dispuesto a dormir aquí y allá, dentro del templo mismo, y que es lo que llamo el aspecto pagano del apoteosis.
Salgo en estado crepuscular del templo buscando recuperar el aire y la templanza y compartir con mis amigos la experiencia de que he sido víctima; llego al grupo; busco donde sentarme, me acomodo y prácticamente caigo desfallecido en un profundo sueño sobre los bultos que traemos. Ni me fijo que Vástago ya ha llegado y duerme cerca mío.
Cuando despierto ha llegado ya hace un rato Fredd y Nylls; y esta duerme en medio de los bultos al igual nosotros. Se han retrasado porque Nylls está muy agotada; seguramente la falta de sueño le ha hecho estragos. Nos recomponemos lentamente, nos ponemos al día; será difícil encontrarnos en Valparaíso pues ellos partirán más tarde, por lo que nos despedimos sentidamente; lo que nos da pie para partir.
Salimos a eso de las 9.30 hacia el puerto, con los Che, mi cordada, y Colega. Veo un cartel que dice “Valparaíso 30 Km”.
Esta parte del trayecto lo hacemos sin mayor percance, solo tiene aún un par de largas subidas que debemos cubrir caminando. Y con más cuidado porque han abierto la carretera para todo vehiculo y entonces ya no tenemos privilegios. Otro factor en contra es el sol que ya se ha levantado; pero el aire marino mitiga el calor; Che-pibe viene bastante lento pues ha sufrido varias veces fuertes calambres; pero che-Dany lo acompaña. Constantemente vemos peregrinos que vienen en sentido contrario.
La última parte del trayecto es de veras impresionante pues es una larga, acentuada y peligrosa bajada en curva que nos lleva directamente a la Avenida argentina en Valparaíso y nuestra meta…; nos detenemos para felicitarnos con Armónica (al resto los hemos perdido de vista), y nos saludamos con otros qu

Ha sido uno de los momentos más hermosos que me ha tocado vivir. Gracias a la Pachamamita personificada por esta Virgencita de lo Vásquez.