
Recuerdo uno de nuestros tantos viajes al valle del Venado, en los Altos de Lircay, en la 7ma región, decidimos explorar un día estero arriba, pero arriba realmente, ya había que encaramarse por una huella que iba entremedio de la pared de piedra a un costado de la cascada; montarse arriba y desde allí seguir hacia los Orígenes del Agua. Recuerdo que fuimos con Angelito, mi sobrino que tendría entonces unos 12 años, y luego de llegar arriba de la cascada por un camino entre rocas y no exento de peligro, remontamos por el estero hacia la naciente, en donde ya no habían señales humanas; caminamos quizás un kilómetro al cabo del cual llegamos a una olla que tendría unos 4 metros de alto con un gran chorro, tal que para seguir había que salirse del estero; habíamos decidido llegar hasta allí y explorabamos la concavidad que se había formado con el agua, y sintiendo esa sensación de mundo salvaje en donde estábamos inmersos; de pronto nos damos vuelta y allí estaban..!! dos hermosos ejemplares de esta aves: él y ella; quedamos maravillados observándolas; habían llegado a nuestras espaldas y allí estaban, a metros de nosotros...!! Nunca olvidare la emoción que sentimos, fue como si la Naturaleza misma nos mostrara sus más preciados tesoros...