Saturday, January 23, 2010

Caras largas y Caras cortas

Después de la reñida disputa por el cetro presidencial este enero del 2010, el país se ha dividido en dos tipos de sujetos/as; los cara larga y los cara corta; los primeros son a los que se les acabo la papa y quieren seguir mamando, y ahora deberán demostrar su competitividad, pues saben que lo más seguro es que serán reemplazados; algunos que debieran irse solitos, dado el alto nivel de incompetencia y medianía. Y otros que seguramente son eficientes y confían en su dedicación; y nunca se sintieron muy a gusto con la administración que se va. Y que al principio del experimento concertacionista le pusieron mística y corazón, pero terminaron decepcionados. Y que ahora botaron por el candidato oficial solo por lealtad y, por comprarse a la fuerza el discurso obtuso y tendencioso de la izquierda tontorrona (por ejemplo el argumento del candidato enrojecido fue que Sebastian Piraña tendría todo el poder en Chile si salía elegido, y la pregunta que cabe es: ¿y Fidel - su ídolo declarado- no ha tenido todo el poder en la Isla durante 40 años? O sea que, solo les gusta el lado ancho del embudo...!!)
Bueno, esos son caras corta solapados... y los hay muchos.
Y los legítimos cara corta son los que ganaron y que andan con la sonrisa flamante, y por fin tendrán la oportunidad de poner en practica todas sus predicas y sermones, y que no se ve nada fácil; es decir la canción se llama: “otra cosa es con guitarra”, por lo que su sonrisa a pasado a ser cauta y prudente, pero sonrisa al fin.
Ya se ve los cara larga como se apuntan con su largo dedo laguista, se culpan mutuamente, se denostan y dan golpes palaciegos (capitan planeta incluso esta disconforme con el poco apoyo de la rubia presidenta al candidato oficialista); e incluso culpan al gobierno que todavía no asume, de las propias falencias, inoperancia e incompetencias varias. Que vaya que les ha costado caro.
Y es que la naturaleza humana es así; creer que con las buenas intencione
s y con un discurso de beneplácito popular, relamido y políticamente correcto, es suficiente para permanecer en el cielo.
La acusación de uno de los candidatos a otro por ser “un lobo con piel de oveja”, se desinfla frente a lo que parece peor; ser “una oveja con piel de lobo”.
Y el candidato díscolo anda con una sonrisa tensa, una mezcla balanceada de sonrisa larga y corta, pues sabe que ahora si que le será difícil arribar al poder y cumplir con su sueño personalista. Sobretodo que la sonrisa corta parece haber llegado para quedarse, sabiendo que en el fondo, el chileno medio, el que forma parte de la gallada, en su forma de ser y
estar en el mundo, es intimamente, y sin darse cuenta, de derecha (apatronado).