Wednesday, September 21, 2011

El 18 en baños morales

Este 18 de septiembre fuimos a los baños morales; ya que preferimos huir del mundanal ruido y sumergirnos en las entrañas de nuestra Cordillera Andina, que en su hondo salvajismo, inspira y deslumbra; y nos acongoja su inmensidad hasta el punto en que las palabras resultan prescindibles y el misterio hace presa en el alma. O por lo menos en las almas que anhelan. Llegamos en el Metrobus directamente a la localidad de El Volcan, que desconcierta pues es un pueblo fantasma, no viven alli más de unas cuatro familias durante el año, apenas alcanza para un bolichito en todo el pueblo; alojamos en un camping desierto, solo aparecio un tipo a decir que era el encargado y que valía 1500 por persona. Nos enseñó los baños y desaparecio. Podría allí haber una sede de la Escuela de Yoga, ya que sus construcciones son amplias y por su tranquilidad es un lugar ideal. Había una sala de Cine (o que alguna vez fue tal); y que antes era la Escuela del pueblo y ahora no quedan sino viejos pupitres en una construcción desvencijada. Deberian declarar este pueblo como Patrimonio nacional pues hasta allí llegaba el tren de trocha angosta que hoy están tratando de reponer. Solo algunos caballos semisalvajes merodeaban. Al otro dia hicimos dedo, llegamos a los Baños y acampamos a orillas del rio, en un lugar muy hermoso con una vertiente y además bastante limpio; advertimos que la gente está mas conciente y cuidadosa del entorno natural. Allí pudimos contemplar la fuerzas de la tierra en las colosales formaciones rocosas de colores (esta zona se levantó del mar entre el periodo Cretásico y el Jurásico, es decir hace unas 130 millones de años); por la noche el inefable firmamento y la sensación increible de ser una criatura. Vimos Condores, Loicas, pájaro Cometocino, Ranas, y al Pato Correntino (especie dificil de ver). Por la mañana hicimos Yoga y luego yoga mapuche (bañarnos en el agua fría del rio por la mañana). Tuvimos un grato encuentro con uno de los fundadores del Grupo andino Pamir, el Sr. Eduardo Cancino; quienes tienen allí su refugio, fueron muy amables y nos dejaron invitados (de paso me encontré en el Club con Iván, que conocí hace 30 años y no lo veía desde entonces). El 19 subimos al Monumento Natural el Morado y visitamos las aguas Panimavida naturales que existen ahí. Fue una experiencia inolvidable, un 18 romántico y místico. Contentos de estar en esta tierra...